Theresa May tiene dificultades para poner en marcha un plan para un complejo sistema aduanero entre el Reino Unido y la UE tras el Brexit.
El Primer Ministro ha intentado convencer a los "ministros euroescépticos" para que apoyen su propuesta de un "acuerdo aduanero facilitado" antes de una reunión crucial del gabinete el viernes.
Según la propuesta, las mercancías que llegarían a Gran Bretaña tras el Brexit se verían afectadas por un arancel británico, establecido independientemente de las tasas de la UE. Sin embargo, los funcionarios de aduanas británicos han sugerido un arancel de la UE potencialmente más alto para los bienes que transitarían a través del Reino Unido hacia el mercado único del bloque.
Otro problema puede ser la reacción de Bruselas al último plan aduanero planteado: un compromiso contorsionado diseñado para unir los bandos en guerra del gabinete de la señora May.
Con el gabinete de Theresa May reunido el viernes para ultimar un documento estratégico clave sobre las futuras relaciones del Reino Unido con la UE, financieros y ministros parecen igualmente divididos sobre el tipo de acuerdos que desean tras el Brexit.
Preocupación en Londres, donde hace varias semanas la ciudad se unió para impulsar un plan de regulación de los servicios financieros post-Brexit basado en un concepto definido como "reconocimiento mutuo", en el que Reino Unido y la UE reconocieran las respectivas normas sobre bancos, grupos de gestión de fondos y aseguradoras.
El primer ministro habló de reconocimiento mutuo en su discurso sobre el Brexit en marzo, y el canciller Philip Hammond lo aprobó poco después.
Pero los financieros y los ministros se asustaron ante el rechazo del plan por parte de Michel Barnier, principal negociador del Brexit con la UE el mes pasado.
Entonces se aclaró que la respuesta hostil de Barnier no era una posición negociadora, simplemente el "concepto" de reconocimiento mutuo habría sido inaceptable para los demás países del mercado único.
Artículo del "Financial Times
