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Brexit: las últimas cuestiones por resolver

12 de marzo de 2020

Quedan menos de cinco semanas para que finalice el periodo de transición que supondrá el Brexit y dará a la historia un acontecimiento significativo que provocará nuevos cambios entre la Unión Europea y el Reino Unido. Como sabemos, en la cuenta atrás del 31 de diciembre, hay dos escenarios posibles: un acuerdo capaz de regular las relaciones comerciales en el post-Brexit o el choque hacia un no-deal.

El rumbo de las negociaciones es aún incierto. Sin embargo, el Gobierno británico se muestra optimista ante la posibilidad de alcanzar un acuerdo entre ambas partes.

La historia de las negociaciones entre Londres y Bruselas, que comenzaron en 2016 con el resultado del referéndum que decretó el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, ha sido testigo de diversas comparaciones sobre temas concretos, como el backstop, con el que se pretende evitar el regreso de una frontera rígida entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. Al mismo tiempo, hemos sido espectadores de constantes aplazamientos en las negociaciones y de conversaciones a menudo contradictorias que han creado altibajos en la relación entre ambas partes.

Ahora las últimas cuestiones que deben resolverse antes del 31 de diciembre son: los derechos de pesca, la competencia y la gobernanza.

Se ha prestado especial atención a la cuestión de los "derechos de pesca". Las normas actuales para las flotas pesqueras dentro de las aguas de la Unión Europea implican el pleno acceso a las aguas de otros países de la UE, pero dentro de las 12 millas náuticas de las costas, los países están autorizados a limitar el acceso a sus aguas. En este contexto legislativo, el gobierno británico desearía discutir anualmente las cuotas máximas de cada especie destinadas a las flotas pesqueras europeas pero dentro de las 200 millas de la zona económica exclusiva, como hace Noruega. Por el contrario, la UE querría mantener el statu quo porque, de lo contrario, las flotas europeas se verían duramente afectadas al dejar de tener libre acceso a las aguas británicas dentro de las 12 millas de la costa. Esta postura del Reino Unido podría ser un pretexto para intentar convertir la disputa sobre los derechos de pesca en una ventaja negociadora. De hecho, hay que añadir que la pesca tendría un impacto marginal en las dos economías, por lo que alcanzar un compromiso antes del 31 de diciembre parece posible.

Otro escollo sobre el que el eje Londres-Bruselas debe encontrar un acuerdo se refiere a la "competencia" en el corto futuro post-Brexit. La UE dice estar dispuesta a ofrecer un acuerdo comercial sin precedentes al Reino Unido, libre de aranceles, pero al mismo tiempo no puede permitir que Londres compita deslealmente tras el divorcio. En el contexto de la competencia, el principal argumento se refiere a la contaminación, porque la UE está limitada por estrictas normas medioambientales que Reino Unido puede decidir no cumplir. A este respecto, la Unión Europea desea que el Reino Unido siga respetando las mismas normas, previendo además una cláusula de revisión que actualice las normas mínimas con el paso del tiempo.

Además, existe el riesgo de que el Reino Unido utilice las ayudas estatales para financiar a las empresas y la economía, mientras que las normas europeas son muy estrictas al respecto: incluso en este caso se produciría competencia desleal. La solución podría venir de un mecanismo de consulta en el que cada uno informara al otro de sus proyectos de subvención, o incluso de la definición de normas comunes. En caso de divergencia, la UE desearía poder recurrir a contramedidas unilaterales e inmediatas, como los derechos de aduana.

Londres y Bruselas aún no han llegado a un acuerdo sobre la "gobernanza" de la futura relación, en particular sobre los mecanismos que se pondrán en marcha en caso de litigio. Para la Unión Europea, en efecto, es esencial que el acuerdo entre las partes se oficialice jurídicamente, para protegerse en caso de comportamiento desleal o indebido por parte del Reino Unido. Por otra parte, la Unión Europea podría verse obligada a renunciar a que el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, con sede en Luxemburgo, intervenga en cualquier litigio con el Reino Unido. Un "no" firme llegó de Londres en nombre de su soberanía.

 

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Autor

Sergio Schittone

 

Referencia:

https://www.money.it/Brexit-ecco-i-tre-scogli-che-frenano-le-trattative-tra-Londra-e-Bruxelles

Foto de Franz Wender en Unsplash

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