¿Qué tiene que ver Trump con las hipotecas en Italia? Desde luego tiene que ver con la economía globalizada. En reforma fiscal tan deseada por el 45º presidente de EE.UU. -que esencialmente ofrece beneficios a las empresas estadounidenses que repatríen capitales- podría impulsar la Banco Central Europeo subir los tipos antes de lo previsto. Una subida de tipos repercutiría inevitablemente también en las cuotas de las hipotecas a tipo variable.
Intentemos conectar los puntos que van desde EEUU (Trump) a Europa (BCE) hasta Italia (hipotecas). El efecto más evidente de una repatriación de capitales desde EEUU es un aumento de los flujos de capitales hacia EEUU. Este aumento repercutiría inevitablemente en el dólar (que por tanto tendría un impulso al alza) y en la inflación en EEUU. Si todo saliera según lo previsto, la Reserva Federal se vería "obligada" -para evitar el recalentamiento de la economía- a subir los tipos a un ritmo más rápido de lo esperado. También porque la reforma fiscal debería empujar el déficit presupuestario estadounidense hacia nuevos récords. Otra razón por la que la nuevo presidente de la Fed, Jerome Powell podría adoptar una política aún más restrictiva.
En ese momento, el BCE no podía quedarse de brazos cruzados. Ya hoy, el diferencial del coste del dinero entre EE.UU. y la eurozona es igual a 150 puntos (mientras que el diferencial de la deuda pública estadounidense-alemana es aún mayor y ronda los 200 puntos). Si el BCE aplazara aún más la próxima subida de tipos, la fase de desacoplamiento -es decir, la divergencia de las políticas monetarias entre las dos zonas- sería difícilmente sostenible en los mercados financieros.
Por esta serie de razones -que sin embargo tiene su origen en el efecto cascada provocado por la reforma fiscal de Trump- en el último mes las estimaciones sobre el calendario del próximo endurecimiento del BCE se han acortado en 5 meses.
Si en diciembre se hipotetizaba una subida en los próximos 20 meses (por tanto a finales de 2019), hoy los futuros sobre los índices Euribor, pero también el "Morgan Stanley First hike Eurozone", redujeron el plazo a 15 meses.
La próxima subida podría llegar, por tanto, en la primavera de 2019. Esto significa que las hipotecas a tipo variable podrían empezar a subir de nuevo por primera vez tras diez años de presión a la baja. Actualmente se estima un aumento de 10 puntos básicos. Por supuesto, no mucho: unos 5 euros al mes para una hipoteca a 20 años de 100 mil euros (el cálculo es necesariamente a tanto alzado porque depende mucho de la duración residual de la hipoteca). Hasta 2022, los futuros del Euribor suponen actualmente un aumento global de 100 puntos básicos. Un elemento adicional para la evaluación de quienes hoy eligen qué hipoteca contratar o sustituir.
Pero también podría haber un "efecto Trump" en las hipotecas a tipo fijo. Estas no están vinculadas al Euribor, sino al Eurirs. Estos índices resumen las expectativas sobre la evolución del coste del dinero a medio y largo plazo. En las últimas semanas ya han subido (a diferencia del Euribor, que en realidad sólo subirá cuando el BCE suba los tipos) anticipando la cadena de acontecimientos que podría desencadenar la reforma fiscal de EEUU en Europa.
Artículo de "Il Sole 24 ore"