Ayer se reunió el Comité de Política Monetaria (MPC) del Banco Central de Inglaterra para evaluar si la recuperación del Reino Unido requiere nuevas medidas de política monetaria. Recordamos que el nivel de inflación objetivo que el MPC fija en su acción de política económica es 2%. Actualmente, el nivel de inflación se sitúa cerca de cero. En este contexto, su reto actual es responder al impacto económico y financiero de la pandemia del Covid-19, así como al posible escenario de no acuerdo para el Brexit y a la contracción económica récord de 20% de los países del G7.
En la reunión, el Comité de Política Monetaria votó unánimemente a favor tanto de mantener el tipo de interés británico en el 0,1 (en mínimos históricos) como de que el Banco de Inglaterra continúe con sus actuales programas de compra de deuda pública británica, por valor de 745.000 millones de libras. El Banco de Inglaterra declaró: "El Comité no tiene intención de endurecer la política monetaria hasta que haya pruebas claras de que se están haciendo progresos significativos en la consecución del objetivo de inflación 2% de forma sostenible". A pesar de la inesperada mejora de los últimos datos económicos en agosto, el Comité de Política Monetaria declaró que no está claro hasta qué punto esto es indicativo de la tendencia a largo plazo de la economía. De hecho, el reciente aumento de los casos de Covid-19 y el incremento del desempleo podrían lastrar aún más la actividad económica. Según el Banco de Inglaterra, en un escenario tan incierto no pueden excluirse repercusiones negativas sobre el empleo y la economía.
Poco después del anuncio de mantener bajos los tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra, el tipo de cambio de la libra cotizó a la baja (-0,5%) con respecto al dólar y el rendimiento de la deuda pública a corto plazo cayó aún más. Por último, el Banco de Inglaterra ha previsto que el desempleo se sitúe en torno a los 7,5% a finales de año.
Crédito de la foto: Robert Bye
