En los últimos años, miríadas de empresas se han establecido en el Reino Unido, debido a que el sistema fiscal británico facilita la inversión europea e internacional. La agencia tributaria del Reino Unido (HMRC), se encarga de recaudar el impuesto a los ingresos de particulares y empresas.
El principal impuesto al que están sujetas las personas físicas es el Impuesto a los ingresos, que afecta a los distintos tipos de ingresos laborales (tanto por cuenta propia como por cuenta ajena) y también a las pensiones, los alquileres, los dividendos y los ingresos financieros. El valor del impuesto imponible se calcula sobre los ingresos recibidos en el año fiscal inglés, que comienza el 6 de abril y termina el 5 de abril del año siguiente. Este impuesto se puede declarar de dos formas diferentes: mediante una autodeclaración o a través de un sistema llamado "Pay as you Earn" (PAYE) también perteneciente a HMRC.
El primero permite al contribuyente facilitar directamente todos los detalles de los distintos ingresos en la declaración de ingresos para que pueda determinarse la base imponible correspondiente. El segundo, deduce una tarifa directamente de la nómina de los empleados, reteniendo un porcentaje sobre su ingreso.
Los ingresos provenientes de empleo por cuenta propia y por cuenta ajena también están sujetos a los aportes al seguro social (National Insurance Contribution), que se utiliza para cubrir los aportes jubilatorios. Los aportes al seguro social afectan tanto a las empresas como a los empleadores, aunque con diferentes categorías, que varían en función al rango de ingresos.
Para las empresas, en cambio, el sistema británico prevé la recaudación del Impuesto de Sociedades, como gravamen sobre los ingresos empresariales. En cuanto a los impuestos provenientes de las autoridades locales (comparable a nuestros impuestos regionales o municipales), se aplica el Business rate (tasa comercial), que es un impuesto sobre los bienes inmuebles. Este es el único impuesto a nivel local (calculado sobre el valor de la propiedad del contribuyente), y se considera un impuesto menor ya que abarca menos del 10% de los ingresos fiscales del Reino Unido. Los mayores ingresos proceden del impuesto de sociedades y del impuesto a los ingresos de las personas físicas.
El IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido), generalmente del 20%, grava bienes, suministros y servicios. No es fijo, sino que varía si, por ejemplo, se compran materiales que contribuyen al ahorro energético, o cuando se transforma una propiedad de uso privado a comercial y viceversa.
Los tipos de impuestos en el Reino Unido son similares a los de Italia, ya que se dividen en impuestos directos (Direct taxes) e indirectos (Indirect taxes).
Los impuestos directos incluyen:
- Income tax (impuesto a los ingresos de las personas físicas);
- Aportes al seguro social (National Insurance Contribution);
- Impuesto de sociedades (impuesto sobre los ingresos de las empresas);
- Impuesto sobre sucesiones;
- Impuesto sobre plusvalías;
Los impuestos indirectos incluyen:
- Impuesto sobre el valor añadido - IVA
- Impuesto de timbre fiscal;
- Stamp duty land tax (impuesto del timbre fiscal sobre bienes inmuebles);
- Derechos de aduana.
El sistema inglés, además de ser mucho más ágil y comprensible que el italiano, ofrece numerosas ventajas a las empresas dispuestas a invertir y establecerse en territorio británico. Para más información, no dude en ponerse en contacto con nosotros.
